El hecho ocurrió en el Hospital Carlos Lanfranco La Hoz de la localidad de Puete Piedra, Lima, Perú, donde nació el bebé de Laura Argomedo a las 26 semanas de gestación, de acuerdo con los medios locales.
Poco tiempo después del nacimiento de la criatura, los médicos declararon erróneamente su fallecimiento y lo mandaron a la morgue en dos ocasiones.
En la primera se dieron cuenta que era un error, por lo que trasladaron de nuevo al pequeño, que pesaba 780 gramos, a la sala de pediatría.
Luego, en ese misma área, concluyeron otra vez su deceso y dispusieron que el bebé volviera a la cámara funeraria, donde permaneció por diez horas.
La madre del pequeño aseguró que el personal de limpieza del hospital «oyó el llanto del bebé», pero nadie le prestó atención. Finalmente, fue un fiscal quien descubrió que el menor aún se encontraba vivo, tras ingresar a la morgue en busca de otro caɗáver.
La urgencia del caso hizo que el recién nacido fuese trasladado al área de cuidados intensivos del Instituto Nacional de Salud del Niño, en la localidad de San Borja, lugar donde falleció.
Medios peruanas confirmaron que las causa de la muerte del recién nacido fue la exposición a las bajas temperaturas, donde estuvo durante horas.