Resumiendo lo que pasa en Antioquia, el Fajardismo terminó defendiendo al los uribistas pura sangre como Simón Molina y Alfredo Ramos y ellos a su vez trabajando de la mano de los verdes de Compromiso Ciudadano. Por otro lado el médico Víctor Correa, candidato del Polo Democrático a la alcaldía y que lideraba las marchas contra los falsos positivos y en defensa de los maestros, de manera sorprendente hoy apoya al profesor que no sabía de las razones de las marchas y causó la tragedia en Hidroituango.
En otras palabras, ellos no cambiaron, simplemente la búsqueda o pérdida de poder los obligó a tomar una decisión y optaron por ir al fondo a la derecha.
El proceso ha sido rápido. Al principio, tibiamente, comenzaron a darse un me gusta tímido en twitter, luego pasaron a ser invitados comunes a foros virtuales y verse conversando amigablemente en sesiones del concejo en el caso de los Fajardistas Daniel Duque y Carvalho con el hijo favorito de los Paolos, el concejal Simón Molina y el miembro del clan Ramos que perdió las elecciones, pero últimamente organizan encuentros juntos en los que se incluye el comité de revocatoria al alcalde de Medellín, como sucedió con el plantón de apoyo a jardineros, en el que se vio una foto de Fajardistas, Uribistas, los voceros de la revocatoria y extrañamente ningún jardinero.
En época de post uribismo, como lo ha llamado Leon Valencia, una facción de los fieles del expresidente se reposiciona en Antioquia como el Uribismo recargado y llega de la mano del Fajardismo y su anterior archienemigo Jorge Robledo que hoy pone sus fichas paisas al servicio de Álvaro Uribe Vélez.