Un profesor tatuado es vetado para dar clase porque asusta a los niños más pequeños

Uno de los alumnos tuvo pesadillas con el maestro, que ahora tendrá que seguir impartiendo clases a los niños más mayores.

Se trata de Sylvain Helaine, un profesor de 37 años quien denunció haber sido discriminado porque al interior de una Institución Educativa no le permitieron dar clases justificando que producía miedo y pesadillas en los niños.

El hombre, quien se define a sí mismo como «el profesor más tatuado del mundo», fue vetado de dar clases a los niños más pequeños dado que consideran que no es la persona adecuada para educarlos, pero seguirá dando clase a los más mayores.

Sylvain Helaine ha trabajado como profesor por más de 10 años y durante ese tiempo ha cambiado su cuerpo llenándolo de tatuajes, mismos que lo cubren de pies a cabeza, incluido el cuero cabelludo, el rostro, la lengua y hasta los ojos.

Sin embargo, su apariencia lo ha llevado a tener problemas a pesar de que ha logrado acumular miles de seguidores en Instagram y ser modelo, pero su interés se centra en la enseñanza.

En 2019, Sylvain era maestro en un jardín de niños cerca de París, pero los padres de un niño se quejaron, esto después de argumentar que el menor de tres años sufrió pesadillas por el aspecto físico de Helaine.

De hecho, durante años muchos le han conocido como el «maestro más aterrador del mundo» aunque él mismo se describe como «el profesor de escuela más tatuado del mundo», ya que no considera que su aspecto de miedo.

Según reportaron medios el pequeño no era su alumno pero se lo encontraba en los pasillos del jardín y en su defensa argumentó que tenía muy buena relación con los papás de sus alumnos.

Helanie aseguró: “Se quejó a sus padres y ellos escribieron una carta a mi jefatura diciendo que yo era un hombre radicalizado”, explicaba el docente lamentándose en BFM TV.

“Mi apariencia no es un obstáculo en el día a día, porque creo que soy un buen maestro, hago lo mejor que puedo en mi trabajo y progreso de año en año” y aseguró que la decisión que tomaron fue bastante triste.

Y concluyó que “Los niños que me ven aprenden a tolerar a los demás. Cuando sean adultos, es menos probable que sean racistas u homofóbicos, y no mirarán a las personas discapacitadas como si fueran algo de un circo”.