Según el testimonio del coronel Gómez, todo inició cuando años atrás, Rodolfo Palomino ingresó a su oficina. “El se mete con unos tragos en la cabeza y en su mano tenía un vaso de licor y me dijo que yo le gustaba, que quería tener algo conmigo. Yo respetuosamente le digo que me gustan las mujeres y salgo de la oficina en shock”, le contó a Semana y, al parecer, para ese tiempo dejó de verlo, pero se lo encontró años después en Cali, donde Gómez tuvo un trabajo en la dirección de Seguridad Ciudadana de la capital del Valle, donde Palomino era jefe.
En diálogo con Semana, el coronel señaló que a partir de ese encuentro recibió presiones por parte del exdirector de la Policía. “Comienza a ridiculizarme en las reuniones de oficiales”, contó, por eso lo denuncia y es trasladado a Cundinamarca sin explicación alguna. Él considera que fue porque conocieron, dentro de la institución, la denuncia que puso ante la Procuraduría.
Y es en ese momento cuando un coronel lo llama a él para que se reúnan, asegurándole que era orden del general Palomino. Cuando llega, decide grabar la reunión al darse cuenta que se trata de una negociación en la que piden que se retracte por las acusaciones contra el entonces director y que debía “pensar en su familia”, lo que él tomó como una amenaza.
Con esto, Gómez les expresa que va a cambiar la versión de los hechos y después se entera que enviaron un comunicado a los medios de comunicación en el que decía que él se retractaba, documento que nunca firmó, pero que hicieron pasar como suyo.
Finalmente, Reynaldo comenta que avisó a la Fiscalía por estos hechos pero que no ocurrió nada. Solamente reconocieron que ese documento no era suyo, pero que no podían comprobar que había sido falsificado por Palomino. “¿Por qué en la Fiscalía no hubo una investigación? ¿A quién le favorecía que se haya falsificado ese documento?”, concluyó ante Semana.
