Debido a la medida de aislamiento preventivo obligatorio decretada por el Gobierno Nacional, este joven de 18 años, estudiante de segundo semestre de ingeniería de sistemas en la Universidad del Magdalena y oriundo del corregimiento de San Basilio, municipio de El Piñón, le toca hacer hasta lo inimaginable para cumplir con sus clases virtuales.
“Por motivos económicos no me pude mantener en Santa Marta y me regresé a mi pueblo. Acá no tengo acceso a internet de buena calidad, el que tengo nutre al pueblo y no llega a todas partes y me toca hacer maravillas para poder trabajar con él”, le contó a El Heraldo, justamente haciendo «maravillas» en el patio de su casa para que no se perdiera la señal de la llamada.
Fue precisamente un profesor quien se percató de las dificultades que estaba teniendo su estudiante.
“Estábamos en una clase virtual de expresión oral por la plataforma Microsoft Teams y uno de mis estudiantes se movía mucho en la cámara, cuando le tocó su participación en el foro, le pregunté qué le pasaba y me contó que estaba “trepado” en un árbol de su patio con el celular prestado de una prima y que le tocaba hacerlo para poder tener señal”, contó Uvaldo Mercado, quien compartió la historia a través de la red social Facebook.
Agregó en su publicación que “Tomás es un héroe en esta adversidad y lo felicito por querer seguir adelante en este aprendizaje virtual. Estoy tocando puertas en Bienestar Universitario para tratar de entregarle un beneficio”, dijo.
Tomás Gutiérrez asegura que gracias a la colaboración de unos primos y algunos docentes de la población, que le facilitan su celular con datos y el computador, ha podido hacer sus trabajos universitarios.
“Si no fuera por ellos estuviera en el aire sin poder hacer nada. Tengo una materia que se llama estructura de datos y necesito permanecer por un período largo en el computador y ellos me lo facilitan. Aun así tengo muchos talleres atrasados que no he podido entregar porque ellos también necesitan el computador para hacer sus trabajos”, dijo.
Esta cuarentena le ha servido a Tomás para confirmar que no existen barreras invencibles cuando las ganas de aprender y salir adelante te motivan | El Heraldo