Octavio Darío Porras, Juan Esteban Gómez e Iván Olivo, son los tres integrantes de la Policía Metropolitana enviados a la cárcel, por su presunta participación en los hechos donde murió el futbolista de 17 años Harold Morales, el pasado 24 de agosto de 2020 en el barrio San Francisco de Cartagena.
De acuerdo al Juez 17 Penal Municipal de Cartagena, fueron suficientes los elementos materiales probatorios aportados por el Fiscal 199 de Derechos Humanos, para cobijar a los procesados con medida de aseguramiento en centro carcelario.
De acuerdo a la Fiscalía General de la Nación, los uniformados señalaron en su reporte oficial que la víctima hacía parte de una pandilla y les había disparado con un arma artesanal. Sin embargo, tras recolectar evidencia se demostró que esta versión inicial sería falsa.
«La investigación da cuenta de que el día de los hechos, el patrullero Olivo, al parecer, golpeó al menor de edad sin justificación alguna. Posteriormente, Porras Vides le habría disparado con el arma de dotación. Los tres uniformados en el reporte oficial señalaron que la víctima hacía parte de una pandilla y les había disparado con un arma artesanal, la cual fue sometida a cadena de custodia por el patrullero Gómez», explica el ente acusador.
En audiencias concentradas, la Fiscalía imputó a los uniformados los delitos de homicidio agravado, favorecimiento al homicidio y falsedad en documento público. Los cargos no fueron aceptados por los procesados, quienes recibieron medida de aseguramiento intramural.
Las vidas negras en Cartagena importan. @daulaw @ArmandoCordba @DavidMuneraC la comunidad exige justicia. Una sociedad que calla es cómplice. A Harold Morales lo mató un policía. #justiciaparaharold #BlacklivesStillMatter #quiendiolaorden pic.twitter.com/f5pHIYFm19
— Catalina (@cantaletina) September 5, 2020
Familiares, amigos y allegados a este caso, calificaron la decisión como un acto de justicia, y poco a poco está aclarando un caso, que la Policía Metropolitana presentó como un abatimiento, donde la investigación estaría demostrando todo lo contrario.
La muerte de esta joven promesa del fútbol del barrio San Francisco generó una ola de rechazos de organizaciones sociales y activistas de toda la ciudad de Cartagena que, desde que se conoció la denuncia de familia, exigieron justicia.