A pesar de sus 70 y tantos, don José sigue trabajando para pagar su sustento. Todos los días, sin falta desde hace unos cinco meses, camina los alrededores de la Universidad Industrial de Santander para vender sus churritos… Así se gana la vida, con bandeja en mano ofreciendo estas ‘masas azucaradas’ a 700 pesos, dos por mil.
Fue precisamente en una de esas ventas, que Andrea, una estudiante de la UIS, se interesó en la historia de don José y decidió plantear una iniciativa para ayudar en parte a alivianar un poco el trabajo del vendedor de churritos.
Fue así como hacia el mediodía de este lunes don José recibió su regalo. A paso lento y con su cuerpo ya encorvado por la edad, caminó con su bandejita de churros en manos hasta donde su nuevo ‘negocio’ lo esperaba.
Con las ayudas, el colectivo de la UIS le regaló un carrito de ventas ambulantes para que pueda realizar el mismo trabajo pero con más comodidad. Le dieron, además, mercado, zapatos y dinero para que pueda pagar el primer mes de arriendo de su carrito de churros en una parqueadero cercano, y un mes de arriendo para el alquiler de la habitación en la que vive en el barrio Girardot.
“Don José, mire, esto es con mucho cariño de parte de todos los estudiantes de la UIS, queremos hacer entrega oficial de este pequeño detalle para usted”, le manifestó un estudiante mientras que don José levantaba las manos para agradecer, estaba emocionado, feliz, fue un momento muy emotivo. “Muchas gracias, yo les doy mis agradecimientos”, repetía.
“Esto nos deja un mensaje muy importante y es que debemos volver a la empatía, los estudiantes UIS nos pusimos en los zapatos de don José. Ahora mi labor es lograr, a través de Desarrollo Social, que sea incluido en programas sociales de alimentación, subsidio, ese es mi compromiso”, finalizó Danovis | Vanguardia Liberal
