VIDEO | Descubren lujos y excentricidades al policía asesinado hace unos días en Barranquilla

Autoridades examinan la información que circula en redes sociales que vincularía al patrullero bandas de tráfico de estupefacientes en Barranquilla y Cartagena.

El pasado viernes 17 de mayo el país conoció el caso del uniformado de la Policía Metropolitana de Barranquilla, Jaider Gregorio Amador Quessep, mientras se bajaba de su lujoso vehículo en el barrio San Luis, de la capital del Atlántico. El momento del crimen quedó grabado.

Amador Quessep, quien trabajaba en la vigilancia de la carceleta de la Estación El Bosque, fue atacado mientras visitaba a su familia. El uniformado había llegado en una camioneta Mazda CX30, de placas JVX-743, y fue sorprendido por un pistolero que le disparó por la espalda.

Una cámara de seguridad registró el instante en el que la víctima intentó resguardarse detrás de otro vehículo que se encontraba cerca, pero el criminal lo persiguió y lo remató de un fulminante disparo en la cabeza. Todo el acto quedó registrado por la cámara de vigilancia.

Los disparos alertaron a los vecinos, quienes encontraron al patrullero tendido en el suelo y aunque fue auxiliado y trasladado a un centro asistencial del barrio Santa María, y posteriormente a la Clínica de la Costa, falleció tras unas horas en la Unidad de Cuidados Intensivos.

Vida de lujos y excentricidades

Las investigaciones se han centrado en varios frentes: Agentes de la Sijín y el CTI de la Fiscalía están indagando sobre posibles amenazas relacionadas con su cargo actual, pues Amador Quessep había trabajado en la Unidad Antinarcóticos de la Policía Nacional hasta 2020.

Las autoridades encargadas del caso están investigando minuciosamente si el asesinato del oficial tiene alguna conexión con las funciones que desempeñaba antes de ser el encargado de la vigilancia de la carceleta de la Estación El Bosque, en la capital del Atlántico.

Se indaga además si Amador Quessep había recibido amenazas de presos en la estación donde trabajaba. También se examina la información que circula en redes sociales y mensajes de WhatsApp que vincularía al patrullero bandas de tráfico de estupefacientes en Barranquilla y Cartagena.

Ante estos indicios fue notificada la Policía Metropolitana de Cartagena para investigar si la orden de su asesinato provino de esa ciudad. Otra línea de investigación se centra en el manejo de un picó llamado ‘El Kike’, que el patrullero había adquirido por unos 150 millones de pesos.

Personas que conocían a la víctima señalan a las autoridades que Amador Quessep realizaba gastos que no coincidían con lo que devengaba mensualmente, incluyendo la compra de vehículos, bienes inmuebles, y su presencia en fiestas con lujos y posibles gastos exorbitante.

Estas inconsistencias financieras podrían arrojar luz sobre los posibles motivos detrás del asesinato. Este crimen ha generado un amplio despliegue policial y se espera que las recompensas ofrecidas motiven información valiosa para esclarecer y llevar a los responsables ante la justicia.