Esta es la propuesta de Rafael Santandreu, un psicólogo autor del libro “Las gafas de la felicidad”. Él sabe que sus propuestas suenan algo macabras, pero las sostiene.
Pues afirma que los humanos no estamos diseñados para la monogamia y que la raíz de nuestros problemas más serios tiene que ver con esto.
Según comentó en una entrevista: «vivimos el amor sentimental como algo antinatural y lo entendemos de una manera aberrante, por eso funciona tan mal».
Las parejas deberían cambiar cada cinco años. De acuerdo con su postura, la monogamia ha funcionado hasta ahora porque el hombre era poseedor de la mujer, lo cual no es una vida en pareja sino la vida de un amo y un esclavo.
Con este nuevo modelo alejado de la monogamia se solucionarían todos los problemas de celos o de dependencias. La principal causa de suicidio en el mundo es el desamor.
En esta perspectiva subyace, a todas luces, un nuevo modelo de encarcelamiento convencional.
Cambiar de pareja de acuerdo a un calendario prefabricado no tiene nada de liberador, y cinco años es un número arbitrario.
La idea tiene, sin embargo, un matiz interesante: dejar de pensar en el ideal del felices para siempre es, ciertamente, fundamental.