Un grupo de investigadores de la Universidad de Sydney, en Australia, descubrieron que las personas que padecen dolor crónico de espalda (con duración mayor a tres meses) tienen 13% más probabilidades de tener una mueгte prematura, pues podría indicar la presencia de otro padecimiento.
Por su parte, el Instituto Nacional de Artritis y enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel en Estados Unidos, asegura que las molestias pueden variar desde un dolor leve y constante, hasta punzadas agudas repentinas que dificultan el movimiento.
Puede surgir de repente, con una caída o al levantar algo muy pesado. En muchos casos, empeora poco a poco. Los expertos advierten que es un síntoma de un problema médico y cualquiera puede padecerlo, aunque hay factores que aumentan el riesgo, especialmente la edad.
Para la investigación, se tomaron en cuenta los datos de 600 mil australianos en promedio quienes sufrían dolor de espalda y se determinó que la mayoría tenía un riesgo mayor de fallecer.
Si bien no se ha precisado cuál es la relación entre dolor de espalda y la muerte prematura, los científicos trabajan para dar con métodos que permitan tratar de manera oportuna a los pacientes con este particular cuadro clínico.
El dolor persistente en esta área del cuerpo es una afección que requiere atención especializada. Por ello se recomienda su atención oportuna. El diagnóstico de la causa de este dolor puede evitar afectaciones en la calidad de vida y la reducción de longevidad.
Paulo Ferreira, profesor asociado de la Universidad de Sidney, explica que el dolor de espalda nunca debe tomarse a la ligera. ya que la dolencia puede ser ocasionada por diversas causas: levantar cosas pesadas, espasmos, mala postura o lesiones, sin embargo, debe reconocerse como una comorbilidad importante que puede afectar la longevidad y la calidad de vida de manera importante.
El especialista recomienda que se acuda inmediatamente cuando el dolor es intenso y no mejora con el descanso, si se extiende a una o ambas piernas, especialmente debajo de la rodilla, si provoca debilidad, entumecimiento u hormigueo en una o ambas piernas o si está acompañado de pérdida de peso inexplicable.
