Carne de burros y caballos enfermos suministraban a contratistas del PAE

La Fiscalía judicializó a los señalados de proveer carne de caballo y de burro a algunos contratistas de la cárcel Modelo, un batallón y plazas de mercado.

Un trabajo articulado entre la Fiscalía General de la Nación y la Policía Nacional puso al descubierto una banda delincuencial que se dedicaba al suministro de carne de caballo y burro a algunos contratistas en el departamento de Santander.

De acuerdo con el ente investigador, los integrantes de la banda transportaban a los animales enfermos y en mal estado desde la Costa Atlántica hasta un matadero clandestino en la capital de Santander. Posteriormente, con químicos y otras maniobras fraudulentas, hacían pasar el producto como carne de res y la comercializaban.

Las indagaciones permitieron identificar a cuatro personas señaladas de suministrar la carne a algunos contratistas que a su vez la distribuían a un batallón y la cárcel Modelo; así como plazas de mercado y comercio informal en Bucaramanga, tal como sucedió con otras personas capturadas que habrían hecho lo mismo con operadores del Plan Alimentación Escolar (PAE) en Santander.

Los capturados fueron identificados como Enrique Cadena Rojas, alias Mala Vida o El Viejo; Diego Armando Solano Cadena, Édison Cliebbords Villamizar Mendoza y Mario Alvarado Trujillo.

El modus operandi

Las labores investigativas les permitieron a las autoridades establecer el modus operandi de la banda delincuencial. Los capturados, supuestamente, compraban equinos y asnos enfermos o muertos en diferentes puntos de la región Caribe, y con guías de movilización falsas o alteradas, los transportaban a un matadero clandestino en el sector La Feria, en Bucaramanga.

Al parecer, en ese lugar sacrificaban a los animales en condiciones de salubridad precarias y los residuos sólidos y líquidos eran arrojados indiscriminadamente a un Distrito Regional de Manejo Integrado, una zona protegida y de reserva ambiental.

En varias diligencias en el área fueron encontrados esqueletos y vísceras; además, se constató el grave e irreversible daño ocasionado al suelo, la vegetación y la fauna. El material de prueba da cuenta de que la carne obtenida en el matadero de La Feria habría sido comercializada en diferentes escenarios.

De igual manera se determinó que el producto, presuntamente, era tratado con químicos para modificar la contextura, intentar hacerlo más blando y darle un color rojizo. Luego, lo empacaban y distribuían como si fuera de res.

En el caso de Enrique Cadena Rojas y Diego Armando Solano Cadena, tío y sobrino, respectivamente, se estableció que, supuestamente, fueron proveedores de carne de algunos de los contratistas encargados de abastecer de proteína a la cárcel Modelo y un batallón del Ejército Nacional en Bucaramanga.

Las labores de policía judicial evidenciaron igualmente que, al parecer, hicieron diferentes entregas en el último año, entre 200 y 500 kilogramos por pedido. De otra parte, Édison Cliebbords Villamizar Mendoza y Mario Alvarado Trujillo, habrían vendido carne de equino y de asno a plazas de mercado, carnicerías y comercio informal de empanadas, lechona y otros productos alimenticios | El Heraldo