Buscan a un sujeto que asesinó a un vigilante en medio de absurdo hecho de intolerancia

La víctima le habría solicitado a su asesino los documentos de una motocicleta estacionada en el parqueadero del centro de acondicionamiento físico.

En las últimas horas, las autoridades dieron a conocer un grave hecho de intolerancia que se registró en el parqueadero de un gimnasio ubicado en la localidad de Bosa, sur de Bogotá, el pasado viernes de octubre.

De acuerdo con la versión de los investigadores, el crimen ocurrió en horas de la noche cuando un hombre, en medio de una discusión, asesinó a tiros al vigilante del lugar, quien estaría haciendo su trabajo.

Dicen las autoridades que el día anterior al homicidio, el asesino dejó toda la noche una motocicleta en el parqueadero, pero cuando fue a recogerla, el vigilante, siguiendo los protocolos, solicitó la documentación del vehículo.

Al parecer, la víctima le habría solicitado a su asesino los documentos de una motocicleta estacionada en el parqueadero del centro de acondicionamiento físico que se encontraba en el lugar desde la noche anterior.

Todo parece indicar el hombre no demostró la propiedad del vehículo, ni tampoco tenía la factura del parqueadero por lo que el vigilante de inmediato le hizo el respectivo reclamo y procedió a prohibirle la salida al sujeto.

Sin embargo, en medio de un hecho de un ataque de ira, el supuesto dueño de la motocicleta sacó un arma de fuego y arremetió contra la vida del celador, quien en ese momento le estaba impidiendo la salida del sitio.

La víctima, de nombre Nelson David Suárez, recibió 5 disparos que le quitaron la vida en el lugar de los hechos; mientras que el asesino, de quien se desconoce su identidad, se encuentra huyendo de las autoridades.

“En estos momentos, la Policía Nacional se encuentra realizando actividades de investigación con el fin de dar con la captura del sujeto, quien cometió estos hechos”, indicó el mayor Marlon Parada, comandante de la Estación Policía de Bosa.

Por su parte, un allegado a la víctima manifestó que “Don Nelson era un gran ser humano. Llevaba ya un buen tiempo administrando el parqueadero y la cancha sintética. Tenía una discapacidad en una de sus piernas”.